Alcalá del Valle
Enclavada en un valle entre Málaga y Cádiz, conserva una arquitectura popular que ofrece un claro testimonio de su origen árabe, con sus calles de casas encaladas y de balcones repletos de flores. La villa actual fue fundada en el siglo XV por los musulmanes residentes en Setenil de las Bodegas.
Su joya arqueológica son los dólmenes del Tomillo, conjunto megalítico con un menhir único en la provincia, encajados en un hermoso paraje natural.
Entre sus principales monumentos destacan la barroca iglesia de Santa María del Valle, el cortijo de la Cacería (s. XVI) con apariencia de palacio y la ermita del Cristo de la Misericordia. El agua, principal recurso natural de este pueblo blanco, está presente en todas sus manifestaciones artísticas; prueba de ello son el antiguo Convento franciscano de Caños Santos y la Fuente Grande.
Singularidad
A su cocina, en la que el protagonista fundamental es el espárrago y el queso, se suman unas singulares tradiciones como la carrerita de San Juan en Semana Santa.